Cuerpo

Recuerdo a menudo aquellos años atrás, tampoco tan lejanos, pero que casi parecen otra vida. Recuerdo la playa con los amigos y los bikinys minusculos, la depilación escrupulosa y la suavidad de mis piernas. Recuerdo el sol rebotando en la crema solar y haciendo brillar mi piel. Recuerdo la cara con la que ellos me barrían y sus miradas llenas de admiración ante mis formas hiper-desarrolladas. Recuerdo mi sensación de plenitud, esa sensación de satisfacción absoluta, esa que alguien siente al hacer las cosas bien ¿ Quién habló de superficialidad ? ¿ A quién demonios se le ocurrió hablar de vida insulsa ? Yo era feliz. Cada vez que alguien me manoseaba, cada comentario obsceno, cada mirada ilícita, me hacía deseada, me hacía feliz.

Recuerdo también las horas frente al espejo llorando tras descubrir la celulitis, el cuerpo imperfecto, los cortes e irritaciones fruto de la depilación no tan detallada, recuerdo las horas sin comer, los intentos de vómito, el maquillage y el pánico de provarme ropa por miedo a que me viniese pequeña. Yo era infeliz, realmente infeliz ¿ Quién habló de liberación de la mujer ?

Resultóseme imposible quererme de ninguna forma y este y no otro, fue el verdadero problema. No se trató de que descubriese el vacío de mis dias, de mis tratos, fué descubrir que mi cuerpo resultó ser de todo el mundo menos mio.

A cada vez que me metieron la mano en los pantalones sin consultar, fue un poco menos mio.

Cada vez que fingieron interesarse en mi historia para lamerme los pechos, fue un poco menos mio.

A cada vez que se referían a mi en forma de agujeros y felaciones, fui un poco menos mia.

Cuerpo.

Algo pasó con el tiempo, de pronto fui la que no se sabía sacar provecho, la rarita, la puta, la indeseable y algo poderoso me invadió. Algo surgió de entre la muerte del deseo heterosexual, aun en mi heterosexualidad y dinamitó mis miedos. Ahora mi cuerpo era terso y musculado, rápido y resistente, fuerte, duro e inaplacable. Pero sobretodo suave, muy suave.

Desde entonces empecé a desear cuerpos bastardos como el mio, cuerpos mudados, con historias estrambóticas y miles de complejos. Cuerpos que follaban y deseaban ser follados, con los que pude empezar a construir algo a lo que no sé si podría llamar sexo. Pero que llena cada uno de mis dias y hacen que a dia de hoy no desee ser otra que la que encarno.

N.Kallikak